Con la muerte de Paul Tourenne, último de los Hermanos Jacques, se cierra una página sobre uno de nuestros mayores cuartetos vocales de la posguerra.
Sus creaciones originales, la calidad de su interpretación de los grandes poetas franceses como Jacques Prévert y sus puestas en escena divertidas llevaron a lo mejor de la canción.
Gracias a ellos, recordaremos que ya llovía en el Saint-Médard, aunque lamentamos no estar electrizados por "el pequeño extremo de la cola del gato".
Son nuestro patrimonio, fuente de inspiración para muchos artistas y seguirán vivos para las generaciones futuras a través de sus grabaciones.
Audrey Azoulay, ministra de Cultura y Comunicación, expresa sus sinceras condolencias a su familia y familiares.