Alain Buffard nos dejó hoy. El mundo de la danza y de la creación contemporánea está de luto. Inmenso poeta del plató, bailarín, coreógrafo y director, no ha dejado de empujar a sus audiencias y cuestionar nuestra mirada sobre lo humano.
Artista comprometido, defensor insaciable de las libertades, Alain Buffard sabía invitarnos a reflexionar sobre nuestra condición de hombre y nuestra relación con el otro, a través de sus obras, a la vez frágiles y fuertes, violentas y delicadas, siempre portadoras de sentido.
Cada pieza de Alain Buffard rompe con los códigos habituales de la danza y nos propulsa en dispositivos plásticos y teatrales innovadores, fuera de las normas habituales del plató, permitiéndonos compartir sus cuestionamientos y su pensamiento social.
Nacido en el Jura en 1960, Alain Buffard encuentra la danza contemporánea desde 1978 cerca de Alwin Nikolaïs en el Centro Nacional de Danza Contemporánea (CNDC) de Angers. Intérprete, en particular, de Daniel Larrieu o Régine Chopinot, ejerce también su ojo crítico en el sector de las artes plásticas.
Dos encuentros decisivos marcarán su recorrido: Yvonne Rainer y Anna Halprin con quien trabaja como laureado de la "Villa Medici - fuera de las paredes" - y lo confirmarán como un creador fuera de las normas, trascendiendo las formas artísticas, entre danza, teatro y actuación.
Visto como un coreógrafo emblemático de una danza contemporánea francesa liberada en los años 1990, Alain Buffard era un armador, apasionado de lo que la danza puede decir y transmitir. Las obras que Alain Buffard ha creado, -una quincena-, se han presentado en muchísimas escenas en todo el mundo. Su última creación Baron Samedi, que interroga a las conciencias postcoloniales en una puesta en escena tan lírica como emancipada, está actualmente de gira y se presentará en Nueva York y Seattle la próxima primavera.
Mis pensamientos están con su familia, sus seres queridos y todos los que han estado y están comprometidos con sus creaciones.